Veraneando con salud
Con la llegada del verano y los cambios de horarios y rutina parece que mantener una alimentación equilibrada sea más difícil, aunque en realidad no lo es si sabes cómo.
Por un lado el cole se termina y los niños se ponen en “modo fin de semana”, donde parece que todo vale. Por el otro, las terrazas de los bares y las barbacoas en la playa se vuelven prácticamente el centro de todas las actividades sociales. Y por si fuera poco, para algunos parece que la deshidratación por el calor solo puede aliviarse con cerveza, refrescos azucarados gaseosos o helados.
¿Cómo podemos hacer para mantener nuestra rutina alimentaria durante el verano y evitar arrepentimientos en septiembre?
Para esto tendremos simplemente que prestar atención a las situaciones más peligrosas, nutricionalmente hablando, de esta época:
Los niños terminan el cole, cambian su rutina, hacen más actividades donde sea más probable que coman peor. Es importante no caer en la solución fácil de bocadillo a todas horas y procurar que las 5 porciones de fruta y verdura que deben comer al día sigan presentes. Las comidas de media mañana y media tarde donde se puede incluir la fruta harán que no les entre hambre justo antes del almuerzo o cena, se coman lo primero que pillen y luego no tengan apetito para la comida principal. Puntos clave:
- Hacer un desayuno fuerte que les ayude a aguantar la mañana. Aquí se puede tomar bien la primera pieza de fruta, combinado con yogur y cereales sin azúcares añadidos preferiblemente. El azúcar refinado hará que les entre hambre al poco de haber desayunado.
- No saltarse el snack de la mañana y tarde, donde se puede tomar la otra fruta. El dátil, plátano, melón o mango vienen muy bien para los más deportistas.
- Evitar dejarles picotear por aburrimiento antes de la comida o no querrán la principal, donde normalmente aparecen las verduras y otros alimentos más variados. ¡Esto sirve también para adultos!
- Si un alimento que sea sano no les gusta, en vez de probar una y otra vez, se puede cambiar el formato, la forma de cocinarlo incluso la temperatura. Otra buena idea es que aprovechando las vacaciones se involucren en la cocina y empiecen a familiarizarse con los alimentos, sus sabores y su elaboración.
Los bares y las barbacoas como puntos sociales. Y social es definitivamente esta época del año donde, sobre todo en países con buen clima: ¡la calle nos llama!. Para poder acudir a esta llamada sin descuidar demasiado nuestra alimentación tendremos que seguir algunos consejos prácticos:
- Matar la sed con agua y no otro tipo de bebidas. Una vez esta calmada se podrá disfrutar tranquilamente de aquella que se elija.
- Intercalar tapas más ligeras de pescado a la plancha o verduras con aquellas más pesadas. Evitar el pan y los fritos.
- En las barbacoas llevar también brochetas de verduras o calabacín y berenjena en láminas que se puedan poner en la parrilla. Que siempre haya un gazpacho fresquito para asegurar tus 5 al día. Recuerda que un vaso de 300 ml de gazpacho equivale a 2 raciones de verdura.
- Comer a media tarde o antes de salir a cenar, sobre todo si se tiene mucha hambre, una fruta o vaso de gazpacho para evitar hacerlo después deprisa y con ansiedad.
En definitiva adaptar los conceptos básicos de alimentación equilibrada que se siguen durante el año, si es que se siguen, a cualquier tipo de situación de manera que no haya excusas para no cuidarse durante todo el año sea con la edad que sea.