El desayuno ideal

Con el pretexto de que el desayuno es supuestamente la comida más importante del día, a veces descuidamos su calidad por asegurar su cantidad.

Es cierto que a través de un desayuno equilibrado podemos mejorar el rendimiento de las actividades a desarrollar a lo largo de la mañana, además de llegar a la comida con un hambre más controlada y por tanto comer menos que si llegamos con el estómago totalmente vacío.

Ahora bien, no por esto cualquier desayuno que llene el estómago cumplirá necesariamente esta función. Es más, es preferible no desayunar a comerse un par de donuts camino del trabajo. Esto también es importante: la manera de comer el desayuno y cualquier comida, que siempre sentará mejor si nos tomamos el tiempo necesario para ella, como la dieta mediterránea aconseja, comer con calma y preferiblemente en compañía.

A la hora de elegir los componentes del desayuno, habrá que tener en cuenta el tipo de actividad que se va a realizar a lo largo de la mañana, pues no serán igual un trabajo físico que uno intelectual.

Lo que es común en cualquier caso es empezar con una pieza de fruta ecológica. Papaya, kiwi o ciruela ayudarán a la regulación intestinal: manzana, fresa o pera ayudarán a que te sientas saciado durante más tiempo, y otras como mango, plátano o dátil tendrán una función más energética.

 

Avena con fruta

 

Luego habrá que elegir una buena fuente de hidratos de carbono, sobre todo en el caso de personas con tendencia a los bajones repentinos de energía normalmente a media mañana o media tarde. En este caso se aconseja evitar desayunos demasiado dulces, como cereales o tostadas con mermelada, que harán que suba el azúcar en sangre rápidamente y de la misma manera baje, contribuyendo a una mayor fatiga pasadas unas horas después del desayuno. Lo ideal para mantener una concentración continua asegurando un buen aporte en nutrientes desde primera hora del día es elegir hidratos de carbono de absorción lenta como la avena. Esta puede tomarse tanto fría como caliente. En invierno cocida estilo porridge inglés con agua o leche preferiblemente entera o vegetal, endulzada con un poco de miel o fría con yogur natural y fruta fresca. Una buena manera de ablandar la avena es dejarla la noche anterior en remojo (liquido hasta que cubra solo) y a la mañana siguiente añadir el yogur.

Para aquellos amantes del pan por las mañanas, una buena opción es una tostada integral con tomate cherry ecológico, aguacate y aceite de oliva. Ojo, hay que buscar el pan integral de verdad, no aquel que normalmente encontramos en los supermercados, que es principalmente harina de trigo normal mezclada con salvado integral para dar falsa apariencia. Se debe preguntar en la panadería o comprobar los ingredientes para estar seguros de que la calidad del pan con el que empezamos el día es buena.

 

Tostada de aguacate

 

No tengáis miedo al aguacate porque tenga calorías, en este caso su grasa es beneficiosa y necesaria para mantener un estado óptimo de salud. Para un desayuno de élite cuando se va a realizar ejercicio físico intenso añadir un huevo ecológico cocido, revuelto o escalfado será el complemento perfecto que aportará proteína de alto valor biológico.

Si las primeras acciones del día ya van encaminadas hacia tu salud, lo más seguro es que durante el resto de la jornada te sea más fácil seguir la inercia, pues una vez que se cambian los hábitos y aparecen buenos resultados, todo el esfuerzo inicial que haya podido suponer este cambio de mentalidad habrá merecido la pena.