Ecológico y con piel
Los vegetales tienen, como nosotros, mecanismos de protección desarrollados en su superficie para defenderse ante el sol o ataques de insectos. Por esto observamos que las partes más expuestas, más externas del vegetal son las que cogen un color más intenso, así como un concentrado del tono original.
Cuando consumimos la piel de los vegetales (aquella comestible, claro, ¡no probéis la de la naranja o el plátano!), esa protección desarrollada se traduce dentro del organismo en protección también, pero a diferentes niveles. Además, como la pulpa es la parte más acuosa, la piel será donde se concentren entre tres y diez veces más vitaminas, micronutrientes y antioxidantes, así como la mayor parte de la fibra.
Esto no es nada nuevo y se viene sabiendo generación tras generación, pero cada vez es más la gente que pela los vegetales por querer evitar los residuos de pesticidas y herbicidas que pudieran quedar adheridos a la piel. Aunque hoy día las cantidades de estos están muy controladas por la legislación, la realidad es que mientras se usen seguirá existiendo una cierta desconfianza que llevará a desechar la piel de frutas y verduras.
Como respuesta a esto nace la producción de productos ecológicos, cuyas técnicas de cultivo están totalmente exentas de cualquier tipo de químicos y favorecen el mantenimiento de todas las propiedades naturales de los alimentos, tanto nutricionales como de sabor y apariencia.
Veamos algunas de las grandes ventajas para la salud que los vegetales ecológicos nos ofrecen al ser comidos con piel:
TOMATE
En la piel del tomate, responsable del rojo intenso, es donde se concentra la mayor parte del licopeno, pigmento carotenoide de potente acción antioxidante, protectora del corazón y de la vista. Los tomates pera y más maduros son los que más licopeno tienen. Su absorción además se facilitará al comerlo con aceite de oliva, triturarlo o calentarlo.
CALABACÍN
Su piel concentra vitaminas C y K, potasio, carotenoides como la luteína, zeaxantina y beta-caroteno, en función de la variedad que escojamos, y fibra. La fibra ayuda en casos de estreñimiento, a regular la glucosa y colesterol y también se está estudiando su efecto positivo en el cáncer de colon.
Buena parte de los nutrientes más destacados del calabacín, como el ácido fólico, se destruyen con el calor. ¡Por eso os animamos a probarlo crudo además de con piel!
PEPINO
El pepino tal vez sea de los que más cuesta dejar la piel, pues en algunos casos están bastante dura y rugosa. Una buena solución es elegir aquellos con la superficie más lisa, o pelarlo parcialmente para tener al menos una mitad con piel, pues le merece la pena para nuestra salud.
La piel del pepino tiene fibra insoluble y la de la pulpa soluble. La primera hace como un cepillo que arrastra el bolo fecal para ayudar a su expulsión, y la segunda atrapa agua hacia este, haciendo más fácil su camino hacia el exterior.
También es rica en vitamina K, que fue llamada cuando la descubrieron “vitamina de la coagulación”, al ser este su papel principal y por tanto prevenir las hemorragias.
* Fuente: USDA National Nutrient Database for Standard References (http://ndb.nal.usda.gov/ndb/search/list).
MANZANA
La manzana puede perder hasta un 11 % de su fibra al ser pelada y, aunque depende mucho de la
variedad, la vitamina A y los carotenoides se pueden reducir casi a la mitad. A algunas personas morder la manzana con piel puede darle un poco de dentera, lo que se soluciona cortándola en pedazos pequeños.UVA
En la piel de la uva se encuentra el famoso resveratrol, que está en tantos suplementos y en la recomendada copita de vino tinto (para la elaboración del blanco se quita la piel).
Esta sustancia se está en manos de la ciencia por sus efectos beneficiosos en problemas cardio-vasculares, anti-envejecimiento por su acción antioxidante y prevención en algunos tipos de cáncer.
* Fuente: USDA National Nutrient Database for Standard References (http://ndb.nal.usda.gov/ndb/search/list).
SANDÍA
La sandía probablemente no venga a cuento en este artículo, pero sí merece la pena hablar brevemente de aquellos vegetales que tienen que pelarse para ser consumidos. En ellos la concentración de nutrientes será mayor cuanto más cerca esté de la piel/cáscara, en esa parte blanca que siempre quitamos. Por ejemplo: en la naranja esta parte es la que más fibra contiene, y en la sandía, curiosamente, tanto la cáscara como la parte blanca tienen numerosas sustancias beneficiosas para la salud de las que ya hablamos aquí.
Hay muchos más ejemplos similares como la pera, la berenjena, la zanahoria e incluso la patata si se lava muy bien. Aquí se han expuesto tan solo algunos, que nos pueden servir para convencernos de que merece la pena empezar a dejar la piel en aquellos alimentos que lo permiten, y elegir ecológico para comerlos con toda tranquilidad y seguridad.