Conoce tu piel y lo que los alimentos pueden hacer por ella
La piel es el mayor órgano del cuerpo humano.
¿Eres capaz de visualizar cuánto serían 2 metros cuadrados? Pues eso es lo que mide aproximadamente este órgano vital que hace de barrera entre el mundo exterior y el interior de tu cuerpo.
Por la simpleza de su apariencia solemos subestimar la complejidad de su estructura . Como podemos ver en este corte, la piel está formada por tres capas: epidermis la más superficial, dermis intermedia e hipodermis la más interna. Entre las tres cumplen funciones vitales como proteger, transpirar, filtrar la luz, sintetizar nutrientes como la vitamina D, reconocer patógenos, sudar, albergar pelo y uñas y regular temperatura y elasticidad, en este orden de fuera adentro.
Todo aquello que vemos en la piel tiene un porqué y es importante reconocerlo. Por ejemplo, el vello, aunque cada vez más nos empeñamos en exterminarlo, tiene una función protectora y reguladora del sudor además de ser un fiel indicador de las emociones ¿Acaso cuando algo te pone los pelos de punta puedes evitarlo? Otro ejemplo son las arrugas. Por más que las estiremos nos recuerdan que el tiempo no te espera, y las manchas o hiperpigmentaciones de la piel que nos dicen que no estamos tomando el sol correctamente, y sin embargo las tapamos o nos las quitamos para poder seguir tomándolo sin remordimientos.
Los nutrientes de los alimentos también regulan funciones de este órgano y pueden influir tanto alterándola como mejorándola.
Algunos de los nutrientes más involucrados en la salud de la piel son:
– Beta-caroteno: este, una vez en el organismo, se transforma en vitamina A ejerciendo funciones importantes en el sistema inmune, vista y de protección frente a rayos ultravioleta, por lo que se está estudiando su posible eficacia en la prevención de cáncer de piel. Junto con la melanina contribuyen al color dorado de la piel, por esto en verano es importante consumir alimentos ricos en beta-carotenos que te ayuden a broncearte a la vez que te protegen.
Algunos alimentos ricos en este son zanahoria, calabaza, mango, papaya, caqui, tomate, pimiento, coles de Bruselas, espinacas o brócoli.
– Ácidos grasos omega-3: este tipo de grasas son de las consideradas “buenas” que, aunque todas menos las trans son necesarias en su justa medida, no debemos dejar de comer por miedo a engordar. Los omega 3 tiene una función principalmente antiinflamatoria, lo que puede ayudar en casos de psoriasis y otras irritaciones de la piel y también confiere elasticidad a esta ofreciéndole una protección antioxidante.
Alimentos ricos en omega 3 son los pescados azules (caballa, salmón, atún, arenque o sardinas), huevos, frutos secos crudos como las nueces y semillas de lino.
– Selenio: este mineral es un potente antioxidante y estimulante del sistema inmune ayudando, la prevención de un envejecimiento prematuro y contribuyendo a la elasticidad de la piel. En sinergia con el zinc y vitamina E se refuerzan sus efectos.
Algunos alimentos ricos en selenio son las nueces de Brasil, atún, ostras, caviar, mejillones y sésamo.
– Vitamina C: esta vitamina es la más popularmente conocida por su función en el sistema inmune, antioxidante y cicatrizante. Es además una buena estimuladora de la síntesis de colágeno, cuya pérdida por el paso de los años se asocia directamente con la aparición de arrugas. En periodos de intensa exposición al sol como en verano es importante ingerir alimentos ricos en vitamina C para amortiguar el daño celular que pueda producirse.
Será importante tener en cuenta las técnicas culinarias que evitan la degradación de esta vulnerable vitamina como ya hemos visto en otra entrada.
Alimentos ricos en vitamina C son el pimiento rojo, brócoli, coles de Bruselas, papaya, naranja, kiwi o fresas.
Ahora bien, también hay alimentos que pueden, si no causar, sí al menos empeorar condiciones de la piel como psoriasis, dermatitis, irritaciones, erupciones y todas estas alteraciones que cursan con inflamación, irritación, picor, dolor y en definitiva una serie de síntomas molestos de la piel. Se sabe que estimulantes como el café, alcohol y tabaco agravan este cuadro, además una alimentación inadecuada en general y en particular rica en azúcares, refinados, ultra procesados y grasas trans junto con un déficit de nutrientes importante pueden ser ya no solo agravantes sino desencadenantes de procesos inflamatorios e inmunitarios que deriven en todo tipo de alteraciones de la piel.
Los alimentos ecológicos, en este sentido, al no contener ningún tipo de sustancias químicas ayudará a la piel a tener que eliminar un menor numero de toxinas.
En definitiva, claves como mantener una correcta hidratación, evitar la alimentación saturada y refinada, aumentar la ingesta de alimentos nutritivos, favorecer la eliminación de toxinas y mantener a raya el estrés, contribuirán directamente a cuidar el mejor abrigo que le podemos poner a nuestra piel y que nos acompañará toda la vida.