Combate el cansancio del calor ecológicamente

Comer no es sinónimo de nutrirse. Especialmente en verano cuando el calor suele dejar una sensación generalizada de cansancio e hipotensión, será fundamental comer aquellos alimentos que nos den energía y eviten en la medida de los posible la sensación de pesadez.

Waking up tired. Posed by model. SCIENTISTS have discovered a 'genetic switch' that governs sleep patterns - which could lead to treatments for insomniacs. Researchers believe they have found a key chemical that turns on the internal body clock - and tells us when to wake, eat and sleep.They say the findings could lead to treatments for jet lag and other serious sleep disorders, and may also allow drugs to be developed so night shift workers can adjust to their peculiar hours. Body clocks - or circadian rhythms - control when we feel hungry or tired, the body's temperature and the ebb and flow of hormones. The internal cycle is usually more than 24 hours and so has to be reset every day - or people would go to bed later and later. Normally sunlight or breakfast help to kick-start the clock.Because about 15 per cent of genes are regulated by circadian rhythms, if the clock is disrupted it can cause serious health problems, including depression, heart disease, insomnia and brain disorders. Scientists from the University of California in Irvine have now identified a crucial chemical involved in controlling the clock, the journal Nature reports. Professor Paolo Sassone-Corsi, an expert in pharmacology, found that changes in a single amino acid - one of the building blocks of the body - switches on the set of genes that control the circadian rhythm. If the amino acid fails to behave properly, the entire body clock is thrown out, disrupting sleep patterns and making people feel exhausted. His team is now testing different drugs that could target the chemical switch. Professor Sassone-Corsi said: 'Because the triggering action is so specific, it appears to be a perfect target for compounds that could regulate this activity. 'It is always amazing to see molecular control is so precise in biology.' The research is still at the earliest stage and it will be years before any drugs can be developed. Doctors are increasingly concerned about the impact of disrupted sleep on healt

Para esto no solo tendremos que reducir los alimentos obviamente calóricos sino aquellos que puedan contener antinutrientes en el sentido literal de la palabra o de forma indirecta. Un antinutriente en sí generalmente es una sustancia natural o química contenida en alimentos que dificulta la absorción de otros nutrientes.

Estas sustancias se encuentran en muchos alimentos como las legumbres, el huevo o los vegetales de hoja verde, pero por lo general conociendo sus mecanismos de actuación, es sencillo evitar este efecto. Por ejemplo;
– La adivina es una proteína presente en la clara del huevo que dificulta la absorción de vitaminas como la B8, pero la cocción la inactiva.
– Los oxalatos contenidos en vegetales de hoja verde dificultan la absorción de algunos minerales como el calcio. Por tanto, se aconseja evitar mezclarlos en una misma comida, como las espinacas con nata o queso.
– Las legumbres contienen saponinas que también tienen efecto antinutriente, pero disminuye bastante remojándolas previamente y cocinándolas el tiempo suficiente.

Esta especie de competición entre de los alimentos es algo natural y no supone mayor riesgo si se combinan bien los alimentos.
Mantener un nivel óptimo de nutrientes en general, y de vitaminas y minerales en particular, es clave para el buen mantenimiento de las funciones vitales, puesto que se ven involucrados en casi todos sus procesos y, por tanto, también de la vitalidad. Esta será la señal más clara para determinar si se está bien nutrido o no.
Aunque son muchos los factores que determinan el estado anímico de un individuo (entre los que destaca el estrés), como norma general, y al margen de infecciones externas puntuales o algún condicionante genético, un estado de vitalidad será indicador de un buen estado nutricional y de salud, y viceversa.

Pautas para mantener un buen nivel de energía vital:

– Practicar ejercicio físico regularmente, al menos 4 o 5 veces por semana.
Evitar al máximo el consumo de grasas saturadas, sobre todo las provenientes de carnes rojas, todo tipo de fritos, el consumo excesivo de pan, y en general de productos refinados y/o procesados, bollería industrial y comida rápida y precocinada. La suma de estos productos en la dieta cotidiana está a la cabeza en la lista de culpables de la falta de energía del día a día.
– Intentar que el azúcar provenga de frutas como el plátano, el mango o el chirimoyo, que son muy energéticos y cuanto más maduros más azúcar concentrará; frutos secos como dátiles, pasas, higos u orejones; postres caseros elaborados preferiblemente con miel, azúcar de caña y harinas integrales; o chocolate puro. Recordar que tomar más azúcar no será sinónimo de obtener más energía.

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– Comer hidratos de carbono en las principales comidas para evitar caídas de glucosa posteriores que puedan dar lugar a la necesidad de dulces.
Aumentar los niveles de vitaminas y minerales para que los procesos fisiológicos de obtención de energía sean más efectivos, mediante el consumo de fruta y verdura fresca, sobre todo verduras crudas ecológicas en forma de ensaladas varias o gazpacho. Para prevenir la deshidratación beber agua en forma de fruta o verdura, que además ayudará a aumentar la ingesta de nutrientes que contribuirán a un mejor balance energético y por tanto sensación de vitalidad.
– Mantener una buena higiene intestinal, asegurando un tránsito regular mediante una buena ingesta de alimentos prebióticos como la fibra alimentaria (plátano, cebolla, puerro, esparrago, ajo, raíz de achicoria) y probióticos, como los fermentados de la leche.
En definitiva, todas aquellas acciones encaminadas a adoptar y mantener hábitos de vida saludables para mejorar la calidad de vida sobretodo en verano donde el calor y los excesos van debilitando al organismo.